Dos personajes se enfrascan en una lucha silenciosa. Las imágenes que representan las distintas llaves de judo le sirven a Gonzalo Garcia Callegari para explorar, en la figura del cuerpo humano en movimiento, algo que ya ha trabajado en muestras anteriores. Esta vez, el artista mezcla dos técnicas distintas: los personajes son dibujados a lápiz y carboncillo sobre la tela, y el fondo es pintado con acrílico a manera de una trama geométrica. Este contraste acentúa la plasticidad de este arte marcial japonés, y le permite a Garcia Callegari hacer una especie de fusión entre lo figurativo y lo abstracto.
(texto de Jorge Paredes Laos)
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