Revista Velaverde, 15 de junio de 2015
¿Se imaginan que los héroes de guerra que te enseñan en el colegio adquieran el rol de tu superhéroe favorito? Esto es lo que viene haciendo Gonzalo García Callegari en su serie Peruanismos, aunque en este segundo volumen su propuesta se centra más en el presente, con guiños al pasado.
La historia, a veces, nos puede parecer aburrida y automáticamente hace que la tiñamos de gris en nuestras mentes. Esto le pasó al artista plástico García Callegari, quien nació en 1971, en tiempos de la dictadura de Velasco. Habiendo crecido en semejante contexto, viendo tanques y desfiles militares por la televisión y en la calle, es natural que la historia adquiriera, para él, ese color apagado. Es por eso que ahora quiere reescribir dicha época a través de la pintura y a su manera.
“Los años 80 y 90 fueron años muy violentos, entre el terrorismo y el autoritarismo de Fujimori. El Perú era un país deprimido, había como una sensación de tristeza -dice Gonzalo-. A partir del año 2000 o poco antes empieza ese importante boom económico, y veo cómo los peruanos empezamos a sentirnos orgullosos de nuevo de nuestro país. Yo sentía que eso se reflejaba mucho en la comida. Ahí dije: “¿Por qué no hacer algo a partir de mi arte visual que refleje qué es lo que somos, dónde estamos y hacia dónde estamos yendo?. Así surgió Peruanismos volumen 1. Era un poco reescribir la historia del Perú, desde que llegan los españoles hasta la República. Tomo personajes históricos, juego mucho con el tema del escudo”, explica.
“Cuando estaba a la mitad de esa serie, yo sabía que iba a haber una segunda parte (como sé también que habrá una tercera y probablemente una cuarta), y empecé con ella ni bien terminé con la anterior”.
CHOLO SOY Y NO ME COMPADEZCAS
La primera parte de esta muestra es mas bien histórica. Esta fijación por la historia viene de una investigación personal del artista. “En las escuelas te enseñan la historia del Perú de una manera muy distinta a como la aprendes en la universidad. Al menos ese fue mi caso -comenta-. Te hablan tanto de estos héroes y luego, con el paso de los años, te das cuenta de que siempre perdimos la guerra, de que nuestras figuras históricas casi siempre perdieron en combate, que nunca ganaron nada. Quería señalar un poco esto”.
Peruanismos volumen 2 parte de una perspectiva más actual, aunque con significativos guiños al pasado. “Esta vez me meto más con la política y la situación social”, señala el artista.
Una gran diferencia que tiene esta muestra con respecto a la anterior es que la mayoría de los dibujos y pinturas que la conforman están trabajados sobre mapas antiguos, tomados de un atlas de mediados del siglo pasado. “Cada mapa es una provincia del Perú -explica-. Los mapas son encontrados, los compré poco a poco, y yo les pongo encima lo que quiero decir, pero siempre dejando entrever lo que hay por debajo, el territorio. Podríamos decir que es como un territorio encima de otro. El poner mi propia iconografía en ellos es darles un nuevo valor, algo diferente a la historia oficial”.
En esta muestra, Gonzalo ha investigado sobre algunas frases representativas. “En una de las imágenes, podemos leer la frase “Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz” , acompañada de un elemento súperperuano como es la Inca Kola. En otra escribo “Cholo soy y no me compadezcas” y pongo la imagen del cholo pintada por Sabogal, un pintor muy representativo del indigenismo. O, por citarte otro ejemplo, esa frase famosísima de Vargas Llosa: “¿En qué momento se jodió el Perú?”, y así va un poco todo.
“EL ESCUDO ME PERSIGUE”
Entre las 62 pinturas que serán expuestas en la galería FORUM como parte de esta muestra, hay una serie que trata un tema recurrente para el artista: El escudo nacional.
“Siempre he sentido que el escudo, que me parece lindo y significativo, está un poco desfasado con respecto a nuestro tiempo -dice Gonzalo-. En esta serie he pensado un poco en la inseguridad que se vive en el país. La primera pintura es un atentado contra el escudo: Lo han baleado. En la segunda le han hecho una transfusión de sangre. En la siguiente aparece conectado a una máquina y, posteriormente, lo velan”. Los colores, de hecho, van cambiando en cada pintura, y el símbolo nacional va adquiriendo un color moretcino.
“Finalmente, aparece un nuevo escudo -comenta-. Esa es mi “propuesta”, más contemporánea. En vez de la vicuña aparece un cuy, que me parece más asequible, más amigable; la hoja de coca, que es mucho más relevante para nosotros; y el ekeko, que me parece como un reflejo del peruano: SIempre llevando un montón de carga, intentando salir adelante”.
Gonzalo García expuso algunos de los cuadros que forman parte de esta muestra en la última edición de ArtLima, donde estuvieron a punto de ser censurados por los militares. “A ellos les parecía una falta de respeto lo que había hecho, pero sinceramente nunca tuve esa intención. Son comentarios artísticos. No son una burla, sino simplemente una llamada de atención sobre cómo debería ser la educación en el país, siempre desde mi punto de vista personal”, explica.
Para el artista, esta muestra no es más que un paso intermedio. “Tengo otros proyectos en mente, que son la continuación de los dos anteriores: Peruanismos volumen 3 y Peruanismos volumen 4 -adelanta-. Para el volumen 3 estoy ideando varias cosas, entre ellas retomar un poco el tema del escudo. Es algo que me persigue: En la primera parte de Peruanismos muestro uno desmembrado, cómo los personajes (que son los políticos) se apropian de él. En el volumen 2 propongo uno nuevo. Para la próxima muestra, lo que quiero es divertirme y jugar un poco con la imagen. Se me ocurre bordar un escudo a la mitad, con los hilos como colgando: Esta es la imagen que tengo, pero aún es temprano para asegurarlo”.
Aunque García Callegari dice no hacer nada con afán crítico, sus piezas son espacios abiertos a las interpretaciones más variadas. La historia, después de todo, no es algo petrificado o muerto: Fluye y se transfigura con cada mirada que le llega del presente.