Gonzalo García Callegari

Bio

Lima, Perú (1971)
Bachiller en Arte con mención en Pintura (1997)
Facultad de Arte, Pontificia Universidad Católica del Perú
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EXPOSICIONES INDIVIDUALES:

PUTAVIDA (Galería Nueva / Fixed Project Lima, Madrid, octubre 2022)
DIBUJO INFINITO (Galería FORUM, agosto 2022)
PERUANISMOS VOL. 4: El Presidente, sus ministros, el ladrón y su amante (Galería L’Imaginaire – Alianza Francesa de Lima, junio 2021)
LA RECONQUISTA DEL PERU (Sala 770 – Centro Cultural Ricardo Palma, enero 2021)
CANCION ANIMAL (Centro Cultural El Olivar – Municipalidad de San Isidro, abril 2018)
NUEVAS AVENTURAS EN GRAN FORMATO (Galería FORUM, noviembre 2017)
CIRCO BEAT (Centro Cultural El Olivar – Municipalidad de San Isidro, octubre 2016)
PERUANISMOS vol. 3 (Proyecto FUGAZ – Callao Monumental, abril 2016)
PERUANISMOS vol. 2 (Galería FORUM, julio 2015)
MOBILIARIO (Corriente Alterna – Escuela de Artes Visuales, agosto 2013)
PERUANISMOS vol. 1 (Galería FORUM, julio 2012)
LA CONQUISTA DEL ESTE (Corriente Alterna – Escuela de Artes Visuales, setiembre 2011)
JUEGOS DE GUERRA (Galería FORUM, abril 2010) LA CONQUISTA DE ESTJUEGOS DE GUERRA
ENSAYO DE MEMORIA (Galeria FORUM, enero 2008) EL HOMBRE IMPOSIBLE (Galeria FORUM, abril 2005) DIOSES Y MONSTRUOS (Galeria FORUM, enero 2003)
CUERPO TOMADO/TOMANDO CUERPO (Galeria FORUM, mayo 2001)
RITUAL DE LO HABITUAL (Galeria FORUM, enero 2000)

RESIDENCIAS ARTISTICAS

ATELIER SOLAR (Madrid, España, diciembre 2021 – marzo 2022)
ATELIER SOLAR (Madrid, España, diciembre 2019 – marzo 2020)

EXPOSICIONES BIPERSONALES:

PUNTO DE EQUILIBRIO (Galeria OBSIDIANA, octubre 2001)

EXPOSICIONES COLECTIVAS:

Más de 120 exposiciones colectivas en el Perú y en el extranjero.

FERIAS DE ARTE:

PARC 2022 (Lima, Perú) – FIXED Project Lima (abril 2022)
JUSTMAD 2022 (Madrid, España) – FIXED Project Lima (febrero 2022)
ESTE ARTE 2021 (Punta del Este, Uruguay) – FIXED Project Lima (versión online)
PINTA 2020 (Miami, USA) – Galería FORUM (versión online)
PARC 2020 (Lima, Perú) – FIXED Project Lima (version online)
JUSTMAD 2020 (Madrid, España) – FIXED Project Lima
SWAB 2019 (Barcelona, España) – FIXED Project Lima
JUST LX 2019 (Lisboa, Portugal) – FIXED Project Lima
PARC 2019 (Lima, Perú) – FIXED Project Lima
ARTLIMA 2017 (Lima, Perú) – Galería FORUM
ARTLIMA 2015 (Lima, Perú) – Galería Larrabure/Pelaye
ARTLIMA 2014 (Lima, Perú) – Galería FORUM
ARTLIMA 2013 (Lima, Perú) – Programa Iniciando Colecciones

Repasos a la intertextualidad de Gonzalo García Callegari [Por: Daniel G. Alfonso]

Repasos a la intertextualidad de Gonzalo García Callegari
Daniel G. Alfonso

“El arte se nutre siempre conscientemente o no
- esto es lo de menos - del absoluto de su época.”
José Carlos Mariátegui

Tiempos postmodernos corren. La sensibilidad estética se va haciendo dominante en el contexto del arte peruano contemporáneo. Los medios tradicionales del arte, así como sus valores sensoriales y artísticos asociados a los lenguajes modernos (virtuosismos técnicos, corrección formal, pureza en los trazos; en definitiva, axiomas asociados a la exclusividad aureática del objeto artístico), comienzan a verse desplazados a un segundo y/o tercer plano.

Esto es solo el comienzo -se cree- de un prejuicio que aún debemos exorcizar en el inconsciente y subconsciente del público latinoamericano. La sensibilidad postmoderna sí es compatible con los soportes tradicionales del discurso plástico, y en consecuencia, estos géneros artísticos no podemos verlos o entenderlos como formas demodés sino debemos entender que coexisten en el presente histórico y forman parte de nuestra cotidianeidad.

La estética postmoderna es una cuestión de sensibilidad, de temperamento, de postura frente al arte, la cultura y la sociedad; es una condición epocal y contextual, no un repertorio de procedimientos o de formas de expresión específicas.

Son las nuevas generaciones de creadores, aproximadamente en los noventa, las que comenzaron a demostrar que tanto la pintura, el grabado, la fotografía, entre otras manifestaciones, podrían ser actualizadas como medios muy eficaces en la formulación de nuevas variantes del discurso artístico. Aunque la historiografía peruana está muy dispersa y se puedan citar muchos nombres, en esta ocasión nos acercaremos al quehacer intertextual del artista Gonzalo García Callegari (1971).
Muchos artistas jóvenes en su momento supieron aprovechar y ganarse con talento propio un espacio en las páginas del arte peruano contemporáneo. En el caso particular de García Callegari, podemos entender y apreciar su obra como un delicioso y paradigmático ejemplo de cómo hacer un uso postmoderno del medio pictórico, en la variante de la omnívora estética del reciclaje y el recurso de la intertextualidad como base estructural del discurso que ha venido creando desde 1998 hasta nuestros días.

Pensando en la obra de Gonzalo, recuerdo una frase del teórico Arthur Danto, cuando intentaba desarrollar una filosofía de la Historia del Arte más actual. Danto ha definido nuestro momento histórico presente como un tiempo en el que para los artistas todo es posible, y sin embargo, no todo es posible. “El sentido en que todo es posible es aquel en el cual todas las formas son nuestras. El sentido en que no todo es posible indica que debemos relacionarnos con ellas a nuestro modo. Y dicho modo es parte de lo que define nuestro período”. (Danto, 1999. p. 225). En resumen, Danto analiza que los artistas -como se viene haciendo desde los años sesenta- pueden apropiarse y/o imitar desde la parodia, pastiche o demás variantes, el estilo de cualquier artista del pasado o del presente, y mezclarlo con otras maneras de hacer, incluida la de uno mismo; y esa nueva forma de relación, de hibridación y mezcla, es la que produce una nueva y original jugada estética.
Gonzalo García Callegari ha sabido ser un reciclador irreverente e inteligente. Quien conoce su trabajo, sabe que detrás de cada pieza subyace una marca singular, un temperamento jocoso; aunque en ocasiones, según el tema, se trate de una jocosidad trágica o dramática. La gran singularidad radica en que Gonzalo logra ser siempre Gonzalo, aún cuando en términos estrictamente formales pareciera imposible definir un modo dominante de pintar que atraviese toda su producción. Lo que sí podemos apreciar como estructura base es el procedimiento creativo que le hace ser un artista original, como podría afirmar: Gonzalo García Callegari tiene la capacidad de apropiarse de temas contemporáneos, de su contexto más inmediato y de su entorno cercano utilizando un lenguaje propio que funciona, en términos semióticos, como un collage de gramáticas personales.

En sus inicios, a fines de los años noventa, luego de haber terminado sus estudios en la especialidad de Pintura en la Pontificia Universidad Católica del Perú, García Callegari (con varios ciclos culminados en Psicología) nos presenta un grupo de obras en las que el ser humano es el centro de atención y en la que teorías como las de Jung, Freud y Lacan ayudaron a despertar su interés por la psique humana y cómo el individuo se relaciona con su entorno. Composiciones que dialogan con pares de conceptos como lo real/irreal o lo concreto/abstracto; es así como apreciamos mezclas de materias, pinceladas, claroscuros y texturas que provocan en el espectador un acercamiento hacia la obra y que este descubra gradualmente qué y quiénes están presente en la tela. Gonzalo en esta serie utiliza el óleo y el carboncillo para ir decretando en el contexto del arte peruano cuáles van siendo sus lineamientos y qué tipo de recorrido le interesa más. Eso sí, lo que permite hilvanar la creación de Gonzalo es el hecho pictórico en donde la figura humana siempre se convierte en su protagonista.
A modo de construir un retrato de la sociedad, entre lo abstracto y lo figurativo, existe un intento por capturar a través de las sombras creadas en sus composiciones a disímiles individuos; es el hombre común captado en su ordinario recorrido y recontextualizado entre la multitud del subconsciente. Es un primitivo estudio antropológico del ser humano a través de pinceladas, manchas y claroscuros.
En su recorrido, Gonzalo comienza un nuevo siglo -los dos mil- por todo lo grande. Realiza su primera exposición personal en la galería FORUM, una muestra que bajo el título de “Ritual de lo Habitual” se detiene frente a un público exigente en cuanto a las propuestas artísticas que en el espacio exhibitivo se presentan. En estos momentos el individuo ya no aparece solo o en colectivo, sino que ahora se establece un diálogo con los objetos de consumo y de cómo la era del consumismo trajo consigo un fenómeno tan cotidiano como la repetición y la seriación. Sus imágenes ahora son como un ritual de la cotidianeidad, el ser humano comparte escenario con objetos que utiliza a diario, con objetos que desea hacer suyos, con objetos que va acumulado cada día.

En este caminar, nuestro artista, en su manipulación escenográfica e historiográfica, sigue operando y utilizando al ser humano como un personaje protagonista para discursar sobre problemáticas del presente que le toca vivir. Varias muestras como Cuerpo Tomado/Tomando Cuerpo (2001), El hombre imposible (2005) y Ensayo de Memoria (2008), pueden ser citadas como ejemplos de una estética iniciada en el 2000 que se alimenta de la iconografía producida tanto por la industria cultural como por el universo publicitario de la postmoderna sociedad de consumo.

Estas búsquedas de Gonzalo, desde su memoria individual y colectiva, y su reciclar de imágenes desde la intertextualidad nos lleva a establecer un diálogo no solo exclusivo con la historia del arte, sino que se puede entender como una manipulación metafórica de otros referentes culturales. Un caso muy particular fue cuando en sus manos tuvo un libro de estampas japonesas del período Edo (siglo XVII-XVIII). Aquí estamos viviendo un cambio, un antes y un después en su quehacer. Los pintores europeos de fines del siglo XIX se inspiraron en la estética nipona y Gonzalo siguiendo su camino también lo hizo; así, nace La Conquista del Este (2011). El teórico Erjavec plantea que “la mímesis servicial y fragmentaria se mezcla con un uso defensivo sincrético de los recursos y con la recontextualización. El resultado es una estética que antedata por largo tiempo al postmodernismo, pero que con frecuencia lo iguala en términos visuales”. Todo ello nos lleva a pensar que en el 2011 Gonzalo inicia una especie de “eclecticismo visual” en su trabajo, un imaginario social y simbólico concretizado en forma: la hibridación, la apropiación, la cita, constituyen una matriz de producción cultural que busca procesos complejos como la búsqueda de la identidad.

Ese año (2011) fue un punto de quiebre para su trabajo, pues Gonzalo profundiza aún más en el imaginario colectivo y su temática aborda ahora la política de forma más evidente, pero desde el humor -rasgo muy particular en él-, la memoria como fuente de inspiración y su contexto. Nace entonces una serie que tiene vida hasta hoy en día; hago referencia a Peruanismos Vol. 1 (2012), una serie de obras que revisitan la historia (enseñada de un modo particular) que es reinterpretada por Gonzalo; donde -como afirma Ana María Rodrigo- nuestro creador “ridiculiza los símbolos patrios, los religiosos, los de la fe nacional, los estereotipos venerados, deseados, que aparecen irónica o tristemente como la metáfora del Perú como ausencia, pobreza, falsedad, fracaso”. Un conjunto de piezas que expresa una sensibilidad epocal que es hoy, de igual manera, trasnacional (desde el punto de vista latinoamericano). Tres años después, llega Peruanismos Vol. 2, donde el contexto social y político se hace más presente. En el 2016 aparece Peruanismos Vol. 3 en donde se puede apreciar, revisar y revisitar el papel -desde el sarcasmo y el humor negro- que han tenido las Fuerzas Armadas en el Perú. Giuliana Vidarte, resume muy bien, el significado de los Peruanismos de Gonzalo: “retoman estos elementos pedagógicos ―y representaciones icónicas de momentos trascendentales de nuestra historia― y los contraponen a imágenes provenientes del cómic, del imaginario de los superhéroes, del cine y de la cultura popular del Perú contemporáneo, para responder de manera irónica a la interrogante sobre cómo definir la peruanidad en el siglo XXI.”

Asimismo, podemos afirmar que la serie de Peruanismos es un ciclo que se repite a diario, es un conjunto de obras que hablan de la crisis que ha vivido el artista siempre y que se torna un claro ejemplo de “la historia es de quien la cuenta”. Gonzalo ha sabido contarla de un modo que la puede entender cualquier tipo de público. Él sigue opinando con valentía y sagacidad desde la metáfora y la metonimia, dos figuras retóricas ingentes sobre el presente histórico de su país.

Gonzalo García Callegari no siempre habla o representa en sus telas la historia del Perú y/o su contexto; también tiene momentos más distendidos y se adentra en un universo lúdico que le permite experimentar y hacer exploraciones alrededor del color, las formas, las texturas, buscar nuevos temas de inspiración y dialogar con el espectador, pero de un modo mucho más placentero visualmente. En este apartado se pueden citar exposiciones como Circo Beat (2016) y Canción Animal (2018), donde Gonzalo juega con sus recuerdos y les otorga vida a los animales en un mundo convulso, agitado, en donde los seres humanos -en ocasiones- somos o nos transformamos en animales. El mismo creador dice: “Y aunque en el mundo real se está muy lejos de darle a los animales un lugar de respeto y de consideración, el pintor o el escritor seguirán imaginando otras realidades, construyendo otros mundos y haciendo que lo imposible se vuelva posible. Al menos por un momento”.

Pienso que el trabajo de Gonzalo García Callegari plantea una nueva manera o modalidad de entendimiento del contexto del arte peruano contemporáneo. Él, desde sus inicios, ha asumido el reto de adoptar, desde el hecho pictórico, una mirada satelital y global, lo que significa trabajar un tipo de visualidad producida, ordenada. Ya no es el ojo del espectador llevando a la tela la realidad que él percibe directamente, sino es el ojo del artista reelaborando la visualidad que capta su mirada. Gonzalo, asimismo, no solo ha reafirmado su gran oficio y destreza técnica, también ha sabido aprovechar todas las significaciones históricas, culturales y políticas con la que ha logrado construir hermosas metáforas visuales. Es multifacético, nos va a seguir sorprendiendo con cada una de sus piezas y muestras que sigue ideando y, lo más importante, es que está enfrascado en él mismo. El arte peruano puede esperar grandes cosas. Con toda confianza, veremos muchos y buenos próximos proyectos.