obras
MOBILIARIO
2013
Hace muchos años.- Cuando era todavía un niño, una de sus principales aficiones era coleccionar comics. Cada viernes después del colegio regresaba caminando a su casa y pasaba por el kiosko para recoger las últimas ediciones de sus títulos favoritos. Se pasaba el resto del fin de semana sumergido en historias de personajes y mundos increíbles. Viajaba imaginariamente a otros planetas, conocía personajes insólitos y era parte de historias que siempre terminaban con la palabra “continuará…”, y eso le gustaba pues era una invitación a seguir siendo parte de ese mundo de una manera indefinida.
Todo esto lo hacía en su cuarto, sentado sobre una silla, apoyado en su escritorio y bajo la luz de una típica lámpara de mesa de los años setenta. Empezó a observar detenidamente esos objetos que lo rodeaban. Si bien se encontraban también en otros lugares de su casa, tenían diferente forma en cada lugar. Se pregunta por qué no son únicos ni irrepetibles. La silla del comedor, por ejemplo, era diferente a la de la sala, y ésta era diferente a la del cuarto de su hermano, y así sucesivamente. Lo mismo pasaba también en las casas de sus amigos. Observando y curioseando había descubierto el mundo del diseño, un mundo en donde todo es distinto y variado: Las formas, los colores, los materiales, los tamaños y muchas cosas más.
Suponemos que de su fascinación por los comics nació su interés por el dibujo y luego por la pintura. Ya como estudiante en la universidad, encontró que existía una especialidad entre tantas otras en donde enseñaban a producir los objetos con los que él había crecido y de los que todos estamos rodeados, manteniendo su función pero cambiando su forma en base a tu propio lenguaje: El Diseño Industrial. El resultado eran objetos con formas originales y novedosas.
Hace algunos años.- Todas estas ideas estuvieron dando vueltas en su cabeza durante mucho tiempo. Pasaron dormidas en algún lugar de su mente, pero un día se despertaron todas de golpe. Se le ocurrió pintar una alfombra con varios personajes encima. Apenas empezó el cuadro recordó todo ese cúmulo de inquietudes que tenía sobre los muebles y objetos decorativos, y empezó a investigar sobre ellos. Se abrió ante él un universo infinito de lámparas, sillones, tapices, sillas, repisas, armarios, y sofás junto con ornamentos, materiales, formas, colores, tamaños y texturas. Además, cada diseñador que descubría proponía un lenguaje único de formas y colores. Decidió entonces jugar a crear su propio universo con estos elementos, como un gran diseñador o arquitecto, sugiriendo y contando sus propias historias.
Hace un año.- Empezó a pintar historias de recuerdos, de momentos vividos pero también de momentos imaginados, donde lo real se mezcla con la fantasía y con el juego. Historias donde confluyen dos mundos, por un lado el de estos objetos creados en serie y en una fábrica, que son presentados de una manera pictórica y concreta sobre el lienzo; y por el otro el personaje, el ser humano, presentado de una manera más bien sugerida, en blanco y negro, como una presencia que va y viene. Un juego en donde las proporciones no coinciden y la distorsión está en todos lados. Un juego en donde los personajes están ejecutando una coreografía interminable alrededor del objeto.
Así, el mobiliario es súbitamente invadido por personajes que irrumpen en el espacio. De manera súbita e inesperada ocupan y de algún modo se apropian de estos elementos. Pero también se podría entender al revés. Quizás es el mobiliario el que se apodera del ser humano y es el que guía su voluntad. ¿Alguna vez alguien pensó en que los objetos también podían rebelarse? Se pregunta a sí mismo si todo este mobiliario, que es creado en serie para cumplir una determinada función en la vida de las personas y de alguna manera hacerles la vida más fácil y placentera, no ocasionaría también que el ser humano de alguna manera se vuelva parte de una serie que necesita de estos objetos para ser “mejor”, para tener una “mejor calidad de vida”.
Ahora.- Se pregunta qué es lo que nos hace únicos y diferentes de los otros. ¿Son acaso los objetos que tenemos alrededor? ¿Es el mobiliario que cada uno carga a cuestas consigo mismo? ¿O es el ser fieles a nosotros mismos los que nos hace únicos, irrepetibles y originales prescindiendo de todo mobiliario exterior? Piensa en tantos diseñadores y arquitectos que han sido irrepetibles y originales con su particular visión del mundo: Charlotte Perriand, Jacob Jacobsen, George Nelson, Verner Panton, Eero Saarinen, Arne Jacobsen, Jean Royere, y un largo etcétera. Gracias a ellos y a muchos otros es que hasta ahora, que sus aficiones han derivado en pasiones, puede vivir sus propias aventuras y seguir jugando todos los días, y continuar viajando a mundos fascinantes y a universos paralelos. Su trabajo y visión son una fuente de inspiración infinita. (esta historia continuará….)
Gonzalo García Callegari