obras
PERUANISMOS VOL.2
2014
Las imágenes son la base sobre la que se construyen los conceptos de peruanidad e identidad desde la infancia. Las representaciones de las culturas precolombinas, el mapa del Perú, los llamados símbolos de la patria o los retratos de héroes y próceres son elementos claves en el desarrollo de una visión sobre la historia peruana, y de una identificación con la misma por parte de los estudiantes en las escuelas. Los Peruanismos de Gonzalo García Callegari retoman estos elementos pedagógicos ―y representaciones icónicas de momentos trascendentales de nuestra historia― y los contraponen a imágenes provenientes del cómic, del imaginario de los superhéroes, del cine y de la cultura popular del Perú contemporáneo, para responder de manera irónica a la interrogante sobre cómo definir la peruanidad en el siglo XXI.
El trabajo de Gonzalo viene creándose a partir de sus investigaciones sobre la identidad peruana desde hace ya algunos años. Sus búsquedas pasan por un interés en revalorar el Perú, señalando gráficamente ciertos momentos de su historia anterior y reciente. Además, sus obras sugieren posturas críticas sobre el contexto social y político, con una contraparte ingenua y nostálgica en relación con su propia infancia y el aprendizaje de la peruanidad durante el gobierno militar. De otro lado, en sus últimos trabajos, los mapas de diferentes regiones del país se han convertido en el soporte de sus composiciones, una geografía sobre la que él construye otra geografía, interviniendo lo que es finalmente una esquematización de la realidad para contraponerla a sus personajes y símbolos. Dentro de estas nuevas obras, el dibujo ocupar un lugar central, pues se convierte en el elemento constituyente básico de la propuesta: líneas que evocan los cambios históricos y la transformación.
Al ver las obras de Gonzalo, tal vez una de las primeras conclusiones a la que uno puede llegar es que esa peruanidad es siempre una relación en conflicto. Un caso interesante relacionado con ese “amor no correspondido” ―entre las idealizaciones de la Patria y los peruanos― está presente en Perú. Historia de un (des)amor, título que en la obra acompaña la imagen de una pareja, un hombre aferrado a una mujer. Esta reinterpretación del afiche de la película In the mood for love de Wong Kar-Wai es un eje seductor para analizar la propuesta de la exhibición en general. La frase aparece en la pintura junto a la siguiente descripción: “Una reflexión pictórica sobre los sentimientos de amor y odio que experimenta un peruano a través de la historia de su país”. Se trata de una exploración en las imágenes que construyen la relación del artista con su identidad peruana, muchas veces problemática. El contraste entre la mirada de los amantes ―de esta “pareja presidencial”― sugiere una presencia femenina empoderada que, además, es la portadora de los símbolos de la patria y del máximo poder político, la que responde con indiferencia y recelo: la Patria. La pintura plantea definitivamente un comentario coyuntural sobre la situación política del país y, al mismo tiempo, busca reflejar la situación que enfrentan los peruanos al construir su visión de ciudadanía, memoria e historia. Gonzalo aborda así con estos Peruanismos posturas críticas y torna presentes, y muy visibles, los cuestionamientos que surgen al afirmar la propia identidad en un país como el Perú.
En otro grupo de composiciones se plantea la muerte y renacimiento del Escudo Nacional. Aquí, el símbolo de la Patria aparece a lo largo de un duro proceso de agonía en que es herido, atendido con una transfusión de sangre, llevado a cuidados intensivos y finalmente muere. Al renacer, el nuevo escudo encarna elementos mucho más cercanos a la realidad peruana contemporánea. Esta reinterpretación del símbolo apuesta por una renovación, una nueva configuración de lo peruano en el siglo XXI. En muchos casos, la recuperación de motivos históricos funciona como un recurso para generar un comentario activamente actual. Una de las composiciones incluye, por ejemplo, la representación de un tablero de ajedrez cuyas fichas muestran dos grupos de personajes enfrentados: la población del Imperio Incaico frente a los conquistadores españoles. Esta obra refiere a la Conquista de América, pero al mismo tiempo desliza un comentario sobre el juego político actual. Alude así a los hechos que parecen repetirse en ciclos, una renovación pero con el “eterno retorno” de conflictos que no han podido ser resueltos.
¿Cómo reconciliar al nuevo Perú con los discursos históricos sobre la nación? ¿La historia del Perú es acaso la historia de un desamor? La memoria de los peruanos se construye sobre la base de los conflictos imposibles de resolver entre las visiones idealizadas que conocemos en el colegio sobre la Patria y sus héroes, y el duro enfrentamiento con una realidad social y política que no refleja ninguno de los valores aprendidos. Lo vemos en los Peruanismos: No se respetan los recursos naturales del escudo peruano ―la flora, la fauna o los recursos mineros― o no se siguen las consignas del Ama Sua, Ama Llula, Ama Quella, entre muchas otras situaciones contradictorias y violentas. La obra de Gonzalo refleja una intención de reconciliar la imagen de peruanidad de la infancia con la que debemos crear al afirmarnos como ciudadanos, y también refleja el fracaso de esa conciliación. Entre desamores, idas y venidas, y vueltas a la vida, los Peruanismos de Gonzalo nos invitan a construir una visión crítica de nuestra identidad, pensar en lo que aprendemos y cómo lo hacemos, y explorar, finalmente, en la manera en la que nos creamos, concebimos y entendemos como peruanos.
Giuliana Vidarte Basurco
Historiadora de Arte y Curadora